Un hombre lobo americano en Londres (An American Werewolf in London, 1981), de John Landis
David Kessler y Jack son dos jóvenes estadounidenses que, con sus mochilas a cuestas, han decidido pasar tres meses recorriendo Europa. En Inglaterra, en una zona rural desolada, la gente les da unos consejos escalofriantes: "no os apartéis del camino y no os acerquéis a los páramos", "cuidado con la luna". Cuando los jóvenes emprenden la marcha en la oscuridad, oyen un aullido terrorífico procedente de los páramos, pero no saben que los persigue una bestia legendaria sedienta de sangre, cuyas víctimas se convierten en muertos vivientes que deben vagar por la Tierra eternamente; en cambio, quienes escapan con vida tienen reservado un destino diferente...Quizás una de las mejores versiones que se han hecho sobre el mito del hombre-lobo. John Landis, miembro de una generación de cineastas amantes del fantástico, como John Badham, Joe Dante, Wes Craven o John Carpenter, lleva la historia a un terreno donde mezcla el terror con la comedia. En cierto sentido Un hombre-lobo americano en Londres se complementa con Aullidos de Joe Dante, un filme estrenado aquel mismo año. El éxito de la película (ganadora del Oscar al mejor maquillaje) no se hizo esperar y llevó a Landis, que un año antes había estrenado la también exitosa Granujas a todo ritmo (Blues Brothers), a su época de mayor reconocimiento. Fruto de ello fue su contratación por parte de Michael Jackson para dirigir su videoclip más famoso: Thriller.
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