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9. El jefe de todo esto (Direktøren for det hele, 2006)
Pausa del danés Lars von Trier en su ‘trilogía americana’, pues ha rodado la película entre Manderlay y la esperada Wasington. Se trata de una comedia ligera, hecha con pocos medios. Pero su punto de partida tiene gracia, y permite el enredo hasta extremos surrealistas. La cosa consiste en que el dueño de una empresa se ha inventado a un imaginario superior –‘el jefe de todo esto’ del título– para evitar malos tragos con sus subordinados, convirtiéndose así él en un subalterno más. Pero a la hora de cerrar un contrato con una empresa islandesa –al parecer daneses e islandeses se llevan fatal– necesita al ‘jefe de todo esto’; así que contrata a un actor que haga su papel. El actor desconoce los entresijos del mundo empresarial, pero como los planteamientos y estrategias son puramente kafkianos, sólo tiene que exhibir cierta seguridad, y demostrar quién tiene el control.
10. Anticristo (Antichrist, 2009)
Un psicólogo, que quiere ayudar a su mujer a superar la muerte accidental de su hijo, decide llevarla a una cabaña perdida en medio de un bosque, donde ella pasó el último verano con el niño. Sin embargo, la terapia no funciona. Lars Von Trier intentó adentrarse en el mundo del terror con este provocador filme que escribió y filmó tras estar dos años internado en un hospital, tratándose de una depresión. Se trata de una historia que habla sobre la tristeza, la muerte, el sexo y la falta de sentido de la vida. Para ello, contó con una pareja protagonista internacional, formada por el estadounidense Willem Dafoe, quien ya había trabajado con el cineasta en Manderlay y la francesa Charlotte Gainsbourg. Como curiosidad, para las escenas más explícitas, se utilizaron dobles, concretamente de dos actores de cine X. A Von Trier le gustó tanto la actuación de la intérprete gala, que la eligió como coprotagonista de la que sería su siguiente obra: Melancolía. De hecho, Gainsbourgh fue recompensada con un premio a la mejor actriz en el festival de Cannes por su papel en esta obra.
11. Melancolía (Melancholia, 2011)
Justine y Michael celebran su boda con una suntuosa fiesta en casa de su hermana y su cuñado. Mientras tanto, el planeta Melancolía se dirige hacia la Tierra... Lars Von Trier se inspiró en la obra de Jean Genet Les Bonnes para crear ciertos elementos de esta personal obra, que surgió cuando el director sufrió una grave depresión que le hizo descubrir que la gente con esta patología podía permanecer calmada en situaciones estresantes. De hecho, Penélope Cruz fue quien le sugirió que debía llevar el proyecto a la gran pantalla; por ello, Von Trier le reservó el rol de Justine. Sin embargo, su compromiso con Piratas del Caribe: en mareas misteriosas le hizo rechazar su propuesta. Finalmente, el papel fue a parar a una Kirsten Dunst que ganó el premio a la mejor actriz del festival de Cannes por su interpretación. Le acompaña en escena Charlotte Gainsbourg, una de las actrices preferidas del realizador. Y es que la hija de Jane Birkin y Serge Gainsbourg ya había trabajado con el danés en Anticristo, y volvería a colaborar con él en cintas como Nymphomaniac (2013).
12. Nymphomaniac. Volumen 1 y Nymphomaniac. Volumen 2 (2013)
Una noche, un solterón encuentra a una joven herida. Después de recogerla, quiere saber cómo pudo haber llegado a semejante situación. El reflexivo y provocador Lars Von Trier volvió a poner su sello personal con esta explícita historia de una ninfómana que cuenta su vida sexual. Se inspiró en una conversación que el danés tuvo con una mujer que le confesó que compitió con una amiga para ver cuál de ellas practicaba sexo con más hombres en un tren antes de llegar a su destino. El resultado fue una película con tanto sexo como diálogos, protagonizada por una de sus musas, Charlotte Gainsbourg, con quien ya había trabajado en Melancolía y la polémica Anticristo. Le acompañan un sinfín de caras conocidas, como Stellan Skarsgård, Christian Slater, Uma Thurman o Shia LaBeouf. Para ganarse el rol, a LaBeouf le pidieron una foto de sus genitales. El actor de Transformers, como respuesta, envió una de sus grabaciones sexuales con su novia para convencer a Von Trier que merecía el papel. En un principio concebida como una sola pieza, sus más de cuatro horas de duración provocaron que se comercializara en dos partes.
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