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6. El juego del poder (Écoute voir..., 1979), de Hugo Santiago
La gabardina con el cuello levantado, el sombrero de fieltro calado hasta los ojos, el “soldado” se adelanta. Sorpresa: los mechones son demasiado rubios y demasiado largos para ser los de Marlowe. "¿A quién esperabas?" pregunta Deneuve, divertida, a Sami Frey, no tan decepcionado. "A un hombre." - ¡Los tiempos han cambiado! » Deneuve es perfecto en este papel andrógino e inquietante. La película es a su imagen: inteligente, fría y sofisticada. Con mucho humor bajo el barniz.
En esta fábula donde lo burlesco se codea con el absurdo tópico galo, Catherine Deneuve se muestra increíblemente natural: en algunas escenas, se podría jurar que se ríe de verdad, en particular durante un baño improvisado... Como experta en "ciencias marginales", forma un dúo obvio y cómico con Claude Brasseur. Ella es la buena amiga, molesta pero tan linda, que soñamos con tener.
8. Esperemos que sea mujer (Speriamo che sia femmina, 1986), de Mario Monicelli
Ojalá el futuro pertenezca a las mujeres, espera uno de los jefes de la comedia italiana en esta crónica familiar. Para hablar de aquellos que quieren hacerse cargo de sus vidas, Monicelli recurre a lo que conoce: los personajes masculinos, el conde (Philippe Noiret) y un tío anciano que casi ha perdido la cabeza (Bernard Blier). Mostrada con ternura, la imperfección de los hombres alimenta la eterna comedia de la vida, pero se agota, como ellos. Entonces, sí, no puedo esperar a que las mamás italianas se encarguen de todo. Aquí tienen los rostros de Liv Ullmann y Catherine Deneuve, definitivamente nada colegas.
9. Agent Trouble (1987), de Jean-Pierre Mocky
Deneuve en Mocky, la noticia causó revuelo. Rizos rojos, gafas pequeñas, fea (¡una hazaña!) pero con menos peligro de lo que queríamos decir. El cineasta crítico se había esforzado en escribir un guión bastante convincente y dirigirlo con talento. El resultado, por tanto, está a la altura, un buen thriller de misterio servido por actores brillantes y un fondo musical de Gabriel Yared que imita conscientemente los vuelos líricos de Bernard Herrmann en las películas de Hitchcock.
10. Lo más cercano al cielo (Au plus près du paradis, 2002), de Tonie Marshal
Para entrar en esta comedia flotante, hay que dejarse llevar. Adopta la misma regla de oro que Fanette (Catherine Deneuve, con una actuación deliciosamente achispada): saluda sin tregua, con una mirada vaga y un sueño insistente. Luego llegamos al estado estimulante que esta heroína de extraño nombre busca constantemente. Deneuve juega con esta discrepancia, minando discretamente su legendaria velocidad de expresión, luciendo trajes un poco fuera de lugar (¡ah! el vestido Manhattan de Jean Paul Gaultier) que no hacen más que reforzar su vulnerabilidad.
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