Sólo el cielo lo sabe (All That Heaven Allows, 1955), de Douglas Sirk
Una joven viuda, Cary Scott (Jane Wyman) vive en un pequeño pueblo de Connecticut y viene de una de las familias más adineradas del condado. Inesperadamente termina enamorándose del jardinero, Ron Kirby (Rock Hudson) y teniendo un romance con él hasta que contraen matrimonio. El hecho causa revuelo en el pueblo y en los hijos de ella, que creen que Ron solo esta con ella por el dinero. Ellos terminar haciendo lo posible por esta junto sin que nadie se entrometa.
El creador de grandes dramas Sirk repite pareja protagonista tras el éxito de Obsesión (Magnificent Obsession, 1954), con esta crítica a la burguesía americana a través del amor entre una viuda y su jardinero. Más que una historia de amor, lo que la película narra es el enfrentamiento entre dos mundos: por un lado está la respetable vida de Cary Scott, sus cócteles de sociedad, sus aburridas amigas elegantes y sus hijos demasiado ocupados con sus estudios universitarios; y por otro lado está la vida que Ron propone, vivir en libertad sin preocuparse por el dinero ni las apariencias. Solo hace falta comparar la aburrida fiesta a la que Cary acude al inicio del film con la de los amigos de Ron, mucho más viva y espontánea.
En 1995, la película fue considerada «cultural, histórica y estéticamente significativa» por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos y seleccionada para su preservación en el National Film Registry.
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