lunes, 9 de octubre de 2023

Homenaje a Akira Kurosawa, en el vigésimo quinto aniversario de su fallecimiento (II)

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Un domingo maravilloso (Subarashiki nichiyôbi, 1947)

La película está situada en tiempo de posguerra, en Japón. Los personajes principales son Yuzo y Masako, un matrimonio que espera en la estación de tren para realizar un viaje en su día libre: lo que buscan que sea un domingo inolvidable. Con poco dinero pero mucho optimismo, la película viaja por las travesías de la pareja, que intenta vivir las mejores horas de su vida en el Tokio de la posguerra. Visitan distintas barrios de la ciudad, afectadas por la pobreza y la destrucción vigente en el Japón de su época, pero observadas con ojos de enamorados. El amor que se tienen entre ellos y con el que encaran su viaje, su pequeño descanso,  les permite soñar con un futuro próspero para sí mismos y para su ciudad. Kurosawa explota aquí su lado sensible y su capacidad de realizar obras maestras desde la sencillez. Es un relato en honor a la historia japonesa, vista con ojos del presente. Una mirada esperanzadora que refleja todas las consecuencias trágicas después de la guerra, pero vistas con ojos sabios y plantados en un presente mejor.  

El ángel borracho (Yoidore tenshi, 1948)

Sanada (Takashi Shimura) es un médico con un carácter muy peculiar, que vive atormentado por lo que pudo haber sido su vida y no fue ahogando sus penas en alcohol, aunque a pesar de todo, ejerce su labor con una dedicación casi absoluta en un barrio periférico del Tokio de postguerra, donde la mafia impone su ley en las calles. Un buen día, el doctor recibe a altas horas de la noche a un hombre (Toshirô Mifune) enfermo de tuberculosis que le pide que le cure una herida. A partir de este momento se iniciará una extraña relación entre ambos. La primera de las tres veces que Kurosawa abordó el género de cine negro.

El perro rabioso (Nora inu, 1949)

Ambientada en la posguerra japonesa tras la II Guerra Mundial (1939-1945). Con la estructura del thriller americano y los convencionalismos japoneses, narra la historia de un joven detective al que roban su pistola. Agobiado por un sentimiento de deshonor más que de pérdida, emprende con un veterano compañero una frenética e incansable búsqueda que les lleva a los bajos fondos de Tokio. Gran thriller policiaco segundo de sus realizaciones del género negro.

Duelo silencioso (Shizukanaru Kettô, 1949)

Kyoji Fujisaki (Mifune), un joven cirujano militar, contrae la sífilis mientras cura a un herido durante la guerra. Acabada la contienda, la enfermedad será motivo de discusión entre el médico y su prometida. Finalmente, él no tendrá más remedio que enfrentarse a un grave dilema: aceptar, en su estado, las responsabilidades de la vida familiar o dedicarse en cuerpo y alma a la medicina. Magistral melodrama de la primera etapa de Kurosawa de notable carga humanista y carácter reflexivo sobre la naturaleza del ser humano, en el que los silencios son tan importantes como las palabras y el nudo dramático resulta creíble y emotivo. 

Escándalo (Shubûn, 1950)

En 1950, Kurosawa escribe y dirige Escándalo, una comedia dramática que también contiene una crítica social pero, esta vez, dirigida hacia el periodismo y el rol de los paparazzis. Un artista plástico y una cantante, ambos muy famosos, se cruzan de casualidad en un viaje. Estos son descubiertos por los paparazzis de una revista, Amour, que los invade con fotografías y  les adjudica un romance. El artista se decide, entonces,  por demandar a la revista. Aparece aquí la figura de su abogado que necesita el dinero desesperadamente por lo que, en vez de defender a su cliente, acepta un soborno de la revista para perder el juicio. La trama de esta comedia gira en torno a los personajes y a sus conflictos, llevados a cabo con humor pero no sin realizar un análisis, característico de Kurosawa, frente a fenómenos sociales presentes por fuera del cine, como lo es, en el caso de Escándalo, el periodismo sensacionalista.
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