(cont.)
- El monasterio de Sendomir (Klostret i Sendomir, 1920), sobre una historia de infidelidad de enorme eficacia dramática. Es un relato de temática social con el protagonismo del conde Starschensky, un hombre obsesionado con mantener sus posesiones a cualquier precio. Dentro de su castillo mantiene una habitación cerrada en la que tienen lugar sus numerosas infidelidades, algo que acaba siendo descubierto por su esposa. Atención especial merece su protagonista, Tore Svennberg (1858-1941), actor de teatro de gran prestigio en Suecia, y cuyo paso por el cine fue efímero tanto en la época muda como en la sonora.
- La prueba del fuego (Vem dömer, 1922), ambientada en la Florencia renacentista, explica la historia de una mujer casada con un hombre contra su voluntad que, cuando se enamora de otro, decide envenenarlo.
- La mujer marcada (The Scarlet Letter, 1926), primera adaptación de la célebre La letra escarlata de Nathaniel Hawthorne con Lillian Gish casi superando sus mejores interpretaciones para Griffith. La obra de Hawthorne ha sido llevada al cine en numerosas ocasiones. Además de esta versión, en el cine mudo también fue convertida en película en los años 1910, 1911, 1913, 1917 y 1920; y después en el sonoro, y siempre con el mismo título, se realizarían las versiones de 1934, dirigida en Estados Unidos por Robert G. Vignola; la alemana de Win Wenders en 1973; y la risible adaptación de Roland Joffé en 1995.
- El viento (The Wind, 1928), de nuevo con Gish en un drama rural de extraordinaria belleza y desgarrador aliento lírico, que supone junto a El beso (1929) de Jacques Feyder la última obra maestra del cine mudo norteamericano.
- La mujer divina (The Divine Woman, 1928), donde Sjöstrom trabaja por fin en Hollywood con su compatriota Greta Garbo, en una película que evoca la vida de Sarah Bernhardt.
- Bajo el manto escarlata (Under the Red Robe, 1937), con Conrad Veidt y Annabella enmarcados en exóticos paisajes. Nueva adaptación de la novela de Stanley J. Weyman, centrada en las intrigas palaciegas basadas en hechos verídicos de la vida del siempre recurrente Cardenal Richelieu. Sin embargo, en otras versiones cinematográficas del cine mudo había variado su guión: de hecho, en la producida en 1915 Under the Red Robe, su argumento se centraba especialmente en las costumbres y maquinaciones de la corte; mientras que en la siguiente adaptación, Under the Red Robe dirigida en 1923 por Alan Crosland, cobraban mucha más presencia las escenas de acción. En esta ocasión, Sjöström, en su última película como director, se acercó más a la versión de 1923 en un espectáculo aventurero que tiene como protagonista a Gil de Berault, un espadachín condenado a muerte que puede revocar su sentencia si cumple las órdenes de Richelieu: encontrar y matar a un Duque acusado de apoyar la revolución antimonárquica.
Junto con Mauritz Stiller se le considera como la figura más importante del cine mudo de Suecia. En 1957 protagonizó Fresas salvajes (Smultronstället), una de las obras más importantes de Ingmar Bergman. Murió en Estocolmo, poco después, en 1960.
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