2. Hades de Hércules (Hercules, 1997), de Ron Clements y John Musker
Hades es tan malvado como divertido. Es perverso, y es el amo y señor del Inframundo, es el Dios de los Muertos. Tiene fuego en vez de pelo, y tiene envidia de su hermano Zeus, el líder de todos los dioses. Ansía ser el rey de los dioses, para ello necesita acabar con su hermano, pero para ello debe deshacerse de Hércules. Él tiene como esbirros a dos diablillos llamados Pena y Pánico, y a Meg, una chica que le pertenece a Hades por que le vendió su alma, aunque por suerte para ella, al final se libra de esta carga.
Zeus le concedió a Hades la propiedad del Inframundo, de mala gana. Sin el conocimiento de Zeus y las otras deidades, sin embargo, Hades desprecia el Inframundo, así como su trabajo, encontrándolos a ambos sombríos, deprimentes y dominantes. Debido a esto, Hades planea en secreto derrocar a Zeus y gobernar el Monte Olimpo como el Rey del Olimpo, él mismo. Aunque poderoso por derecho propio, Hades es considerablemente más débil que Zeus y no puede derrocarlo solo. Como tal, a menudo se alía con varias bestias y criaturas que acechan en Grecia, contratándolas para que cumplan sus órdenes; el ejemplo más notable son los Titanes, que fueron encarcelados por Zeus hace eones.
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