Mientras el Festival de Cine de Sundance celebra 40 años de excelencia cinematográfica, puedes ver estos cinco dramas que ganaron premios en Park City en los últimos años:
Fruitvale Station (2013), de Ryan Coogler
Sencilla pero eficaz película basada en hechos reales, premiada en la sección “Un certain regard” de Cannes, además del Festival de Sundance con los premios del jurado y del público. Se entiende por la naturalidad y frescura con que cuenta la historia el debutante en el largo Ryan Coogler, también negro. No existe autocompasión o amargura en la precisión con que muestra, con mucha humanidad, una trayectoria que se da de bruces con la fatalidad, fruto de los miedos y prejuicios que persisten en la sociedad estadounidense. El protagonista de Fruitvale, Michael B. Jordan, logra hacer creíble a su personaje.
Whiplash (2014), de Damien Chazelle
Intenso film sobre la creación artística y la búsqueda de la perfección musical, con los peligros y excesos que aguardan en el camino. Whiplash (algo así como “latigazo” en español) es sin duda la presentación internacional de un talento llamado Damien Chazelle, director y guionista de este magnética película. Aunque anteriormente Chazelle había ejercido de guionista en productos de género (El último exorcismo II, Grand Piano), visto lo visto, parece que debía de tratarse de un mero trámite para generar ingresos y poder dar salida a creaciones propias. Whiplash no es su primera película como director, sino el segundo tras Guy and Madeline on a Park Bench (2009), otra película con el jazz como protagonista.
CODA: Los sonidos del silencio (CODA, 2021), de Siân Heder
No es raro que en Estados Unidos acometan remakes de películas exitosas rodadas en otro idioma con escasa fortuna, se nos vienen a la cabeza los casos de Amigos por siempre, que revisitaba la cinta francesa Intocable, y Criminal, basada en Nueve reinas. Casi lo noticioso es que la nueva versión tenga fuerza y cierto nivel, y éste es justamente el caso de CODA, –título tomado del acrónimo inglés, Child Of Deaf Adults– que parte de la simpática película francobelga La familia Bélier.
Minari. Historia de mi familia (Minari, 2020), de Lee Isaac Chung
Nacido en Denver, pero de familia norcoreana, Lee Isaac Chung ha dirigido títulos de enorme repercusión en festivales, como I Have Seen My Last Born, sobre un superviviente del genocidio de Ruanda en 1964. Escribe y dirige ahora la que debe ser su película más personal, pues pasó su infancia durante los años que se describen en la cinta, en un entorno parecido. Produce a través de Plan B, su compañía, Brad Pitt, que ha tenido el detalle de no aparecer en pantalla, lo que podría haber sacado al espectador de la película, como ocurría en 12 años de esclavitud, pues desentonaría junto a intérpretes menos conocidos, aunque brillantes. Destaca el debutante niño Alan Kim, pero también Steven Yeun (familiar para los apasionados de The Walking Dead), que da vida al padre, Yeri Han, la madre, Youn Yuh-Jung y Will Patton, como Paul, un vecino estrafalario que ayuda a los protagonistas.
Mil uno (A Thousand and One, 2023), de A.V. Rockwell
Sólido debut en el largometraje de A.V. Rockwell, directora y guionista, que sabe entregar una buena radiografía de ambientes marginales, con personajes interesantes que tratan de salir adelante y configurar una familia, lo que no es tan sencillo por las difíciles circunstancias que les ha tocado vivir, y por la existencia de algún secreto en torno a la identidad del padre de Terry, que acaba siendo más sorprendente de lo que cabía esperar. El enigmático título podría aludir a las mil y un peripecias que toca atravesar, un guiño a expresiones como “las mil y una noches”, aunque nunca queda aclarado.
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