Cliente muerto no paga (Dead Men Don't Wear Plaid, 1982), de Carl Reiner
El detective privado Rigby Deardon no se caracteriza precisamente por ser el mejor investigador del mundo. Aún a pesar de su evidente ineptitud se le encarga el caso más importante de toda su carrera: investigar la muerte de un millonario dedicado a la fabricación de queso. Su clienta es la heredera de todos sus bienes, la bella Juliet Forrest, por la que la que nadie dejaría de sentirse atraído, incluido Deardon. El crimen tiene como trasfondo una receta de queso y su robo es el móvil, o lo parece. Una divertidísima parodia de las películas de serie negra de los años 1930 y 1940, orquestada por el dúo formado por Steve Martin y el actor y director Carl Reiner. La originalidad radica aquí en su caso de que la película incorpora fragmentos de clásicos del género, como Perdición, El sueño eterno, Forajidos, El cuervo o Al rojo vivo, que interactúan con los personajes que interpretan Steve Martin y Rachel Ward. Así, el detective protagonista avanza en la resolución de su (absurdo) caso con la ayuda de Humphrey Bogart, Alan Ladd o Burt Lancaster. La evocativa banda sonora de Miklos Rozsa y el vestuario de Edith Head ponen la guinda a esta comedia, ya de culto.
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