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130. Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra (Pirates of the Caribbean: The Curse of the Black Pearl, 2003), de Gore Verbinski
Con una historia ficticia en torno a la maldición aludida en el título, el productor Jerry Bruckheimer ha conseguido romper otra que presuntamente ocurre en la vida real. Por desgracia para los amantes del cine clásico, ninguna película de piratas ha sido rentable desde hace décadas, incluidas algunas que habrían merecido una mejor acogida por parte del público, especialmente la ingeniosa y desmitificadora Piratas (Pirates, 1986), de Roman Polanski.
131. Buscando a Nemo (Finding Nemo, 2003), de Andrew Stanton, Lee Unkrich
Pixar, pioneros de la animación por ordenador, y creadores de cintas tan memorables como Toy Story y Monstruos, S.A., Buscando a Nemo se convertió con toda justicia en la cinta de animación más taquillera de ese momento, desbancando a El rey león. Y esto se explica, como es habitual en la compañía, por un guión redondo que combina un tono humorístico a base de diálogos que parecen sacados de la alta comedia clásica, con un trasfondo muy serio que exalta la paternidad. De hecho, el tema central, la sobreprotección de los hijos, proviene del miedo a ser un mal padre del propio director, Andrew Stanton, impulsor del proyecto, y hasta ahora colaborador habitual del máximo responsable de Pixar, John Lasseter, que esta vez ejerce como productor ejecutivo.
132. El viaje de Popeye (Popeye's Voyage: The Quest for Pappy, 2004), de Ezekiel Norton
El viaje de Popeye es una película animada por computadora producido por Mainframe Entertainment para Lions Gate Entertainment. El especial fue creado para coincidir con el 75º aniversario de la creación del personaje de Popeye.
133. El espantatiburones (Shark Tale, 2004), de Bibo Bergeron, Vicky Jenson y Rob Letterman
Hace unos años, Dreamworks produjo Hormigaz como respuesta a Bichos, de Pixar. Igualmente, esta cinta de animación digital parece ser una contestación más modesta a Buscando a Nemo. La principal diferencia externa es que aquí la fauna marina está humanizada, pues los peces tienen dedos, y unas caras que se parecen a los dobladores de la versión original, como Will Smith. Tampoco el guión es tan sutil como el de su competidora. Aunque tiene una clara moraleja que advierte de los peligros de la mentira, sigue la vía de del humor sencillo, y la parodia del cine de gangsters, combinada con graciosas referencias a Titanic o Tiburón.
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