miércoles, 27 de marzo de 2024

De “El club de los poetas muertos” a “El show de Truman”, Peter Weir cuenta su historia en diez películas emblemáticas (II)

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3. El visitante (The Plumber) (The Plumber AKA The Mac Plumber, 1979)

Jill, la esposa de doctor Brian Cowper, está en casa trabajando en la tesis que le permitirá licenciarse en Antropología. Inesperadamente, recibe la visita de Max, el fontanero que se encarga de las labores de mantenimiento del sistema de tuberías de la casa. A Jill el comportamiento de Max le resulta algo extraño, pero a su marido y a sus amigos les parece completamente normal. Una reparación en el cuarto de baño obliga a Jill y a Max a estar solos en la casa demasiado tiempo. 
Título televisivo ejemplar de cómo con pocos medios y una situación de arranque sencilla, se puede hacer una película interesante. A lo que podría ser una trama de terror y suspense más o menos convencional, el australiano Peter Weir suma buenas dosis de ironía, En efecto, Jill es antropóloga, y se muestra algo condescendiente con Max, cuyas circunstancias sociales se cree muy capaz de entender. Pero acabarán asomando sus prejuicios e instintos más primitivos. Hay sitio incluso para el humor, en la escena en que, en una cena con invitados, uno debe usar el cuarto de baño, hecho un desastre por la maña de Max.

4. Picnic en Hanging Rock (Picnic at Hanging Rock, 1975)

La acción transcurre en 1900 en Australia Meridional. Un grupo de alumnas de un colegio victoriano va a hacer una excursión el día de San Valentín a un lugar llamado Hanging Rock, una formación rocosa de origen volcánica. Tras el pícnic, un pequeño grupo de alumnas junto con una profesora deciden investigar las zonas más recónditas del lugar, pero solo una de ellas volverá a ser vista, aunque no recordará nada. 
Está basada en la novela homónimade Joan Lindsay, publicada en 1967. La trama implica la desaparición de varias colegialas y su maestra durante un pícnic en Hang Rock, Victoria, el día de San Valentín de 1900, y el consiguiente efecto en la comunidad local. Picnic At Hanging Rock fue un éxito comercial y de crítica, y ayudó a atraer la atención internacional hacia la entonces emergente Nueva Ola Australiana.

5. Master and Commander: Al otro lado del mundo (Master and Commander: The Far Side of the World, 2003)

Aubrey, capitán del Surprise, tiene órdenes de capturar el Acheron, buque insignia de la Armada Francesa; su determinación para cumplir la misión, recuerdan a la obsesión del capitán Achab por Moby Dick, aunque Aubrey revela una humanidad superior. Contrapunto a su empeño militar lo ofrece el médico de a bordo, Stephen Maturin. Buen amigo de Aubrey, la razón de que esté en el barco no estriba en su sentido marcial. Cumple un papel y está dispuesto a luchar, pero su deseo es recabar en las Islas Galápagos para estudiar la naturaleza virgen y hacer avanzar la ciencia. 
Sotavento. Foque, trinquete, bauprés. Más de un amante de los libros de aventuras, se ha sentido perdido entre términos náuticos incomprensibles, al leer novelas que transcurren en el mar. Para los que son de tierra adentro, el inicio de Master and Commander puede producir temblores. Pero la sensación dura poco. La descripción de la vida a bordo del Surprise, espléndida nave de Su Majestad Británica que surca los mares en 1805 durante las guerras napoleónicas, es un paso necesario. Gracias a él nos hacemos idea de las penalidades y hermosura de la navegación. Y estamos listos para conocer a los personajes y su misión, inspirados en la décima novela de Patrick O'Brian sobre el capitán Jack Aubrey “el afortunado”, aunque con elementos de las otras.

6. El show de Truman (The Truman Show, 1998)

Truman Burbank es un hombre corriente y algo ingenuo que ha vivido toda su vida en uno de esos pueblos donde nunca pasa nada. Sin embargo, de repente, unos extraños sucesos le hacen sospechar que algo anormal está ocurriendo. Todos sus amigos son actores, toda su ciudad es un plató, toda su vida está siendo filmada y emitida como el reality más ambicioso de la historia.
El show de Truman se originó a partir de un guion de Niccol inspirado en un episodio de The Twilight Zone titulado «Special Service». A diferencia de la película terminada, se trataba de un película de suspenso de ciencia ficción ambientado en la ciudad de Nueva York. Scott Rudin compró el guion para producirlo con Paramount Pictures como distribuidora. La cinta iba a ser dirigida por Brian De Palma, pero finalmente Weir fue contratado como director; realizando el filme con sesenta millones de dólares, veinte millones menos de lo que se estimó en un principio. Niccol reescribió el guion mientras que la producción esperaba que Carrey se uniera al proyecto.
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