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7. Sospecha (Suspicion, 1941), de Alfred Hitchcock
Lina McLaidlaw (Joan Fontaine), es una joven de buena familia que decide realizar un viaje hacia una zona rural de Inglaterra. En el tren conoce por casualidad a un atractivo hombre llamado Johnnie Aysgarth (Cary Grant). Durante el trayecto, Lina habla con su padre sobre su extenso patrimonio, conversación que escucha el avispado Johnnie. Pronto la simpatía de éste enamorará a la inocente dama, comenzando una relación que acaba en matrimonio. Durante la lujosa luna de miel Lina descubre que su marido es un jugador de apuestas que ha llevado un alto estilo de vida gracias a sus amigos, a los que le debe grandes sumas de dinero. Pasado un tiempo, Lina empieza a pensar que se ha casado con ella por su dinero, además Johnnie monta un oscuro negocio con su amigo Beaky. Un día, la policía acude a su domicilio para informarles que Beaky ha muerto. En ese momento la mujer empieza a sospechar que su esposo le ha matado para quedarse con el dinero. Ahora teme que ella sea su próxima víctima.
Cary Grant y Joan Fontaine. en Sospecha (1941) |
Adaptación de la novela Before the Fact de Anthony Berkeley. (bajo el pseudónimo de Francis Iles). La diferencia es que en el libro, el protagonista es un asesino y en la película, es inocente. Este cambio no fue una decisión de Hitchcock, sino una imposición de la productora, que no podía permitir que la imagen de Cary Grant se viera manchada dando vida a un criminal. El resultado es un filme que juega con la ambigüedad del personaje de Grant y pone el énfasis en sus miradas y en situaciones llenas de incertidumbre. En una de sus genialidades, el director sumergió una bombilla encendida en un vaso de leche (¿envenenada?) que Johnny servía a su esposa. Fotografiado en blanco y negro, el vaso adquiría un resplandor que llamaba la atención sobre él, haciendo innecesarias las palabras. Un recurso de auténtico maestro.
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