domingo, 26 de mayo de 2024

Metro-Goldwin-Mayer cumple 100 años (IX)

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  • Adiós, Mr. Chips (Goodbye, Mr. Chips, 1939), de Sam Wood. Basada en el relato de James Hilton, Adiós, Mr. Chips es una entrañable película, así como un homenaje al tradicional sistema educativo inglés. Sam Wood dirige este "clásico" que hoy se ve con nostalgia. Robert Donat da vida al célebre profesor en una inolvidable interpretación que fue galardonada con un Oscar. Le acompaña en el reparto Greer Garson en el papel de amada de Mr. Chips. El film obtuvo en total 7 nominaciones al Oscar. En 1969 la obra de Hilton fue objeto de una nueva adaptación, musical. En esa ocasión fue Peter O'Toole el actor que dio vida al querido profesor.
  • Mujeres (The Women, 1939), de George Cukor. George Cukor dirige esta elegante comedia protagonizada exclusivamente por mujeres, basada en una obra teatral homónima de Claire Boothe Luce. El encargo le llegó justo después de ser apartado de la dirección de Lo que el viento se llevó, a causa de un incidente con el actor ClarkGable, al que le incomodaba la homosexualidad de Cukor. Por ello, el director rodó "Mujeres prescindiendo totalmente de los hombres. De hecho, de los 130 personajes que componen la película, ninguno de ello es masculino. Ni tan siquiera alguno de los animales de la cinta es macho. El amplísimo elenco está encabezado por un impresionante desfile de estrellas: Shearer, Crawford, Fontaine, Russell, Goddard y la mismísima Hedda Hopper. Mujeres provocó un gran impacto entre la crítica y el público de la época. A pesar de no recibir ninguna nominación a los Oscar, la cinta se ha revalorizado con el tiempo. Tanto, que en 2008 se estrenó un ‘remake’ fallido protagonizado por Meg Ryan y Annette Bening.
Ninotchka (1939), dirigida por Ernst Lubitsch. Tras una carrera repleta de memorables papeles dramáticos, Greta Garbo cambió de registro en Ninotchka, obteniendo un éxito rotundo. Incluso se promocionó la película con la ya mítica frase "Garbo ríe". El director, Ernst Lubitch, se caracteriza por su habilidad para crear historias ácidas e irónicas y para satirizar lo peor, no sólo del comunismo, sino también del capitalismo y del ser humano en general. Billy Wilder, otro cineasta al que le gusta el cine ácido y corrosivo, firmó el guión. La película recibió cuatro Oscars y fue la base para un musical de Broadway, así como para un 'remake' titulado Faldas de acero.
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