miércoles, 15 de mayo de 2024

Metro-Goldwin-Mayer cumple 100 años (VII)

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  • Historia de dos ciudades (A Tale of Two Cities, 1935), de Jack Conway. Fácilmente, la mejor de las nueve versiones rodadas hasta la fecha de la novela homónima de Charles Dickens. Tan lujosa como cabría esperar en una producción de la Metro de los años 30, la película nunca se resiente del trabajo de compresión que tuvieron que hacer sus guionistas, al tratarse de una obra muy larga y se beneficia además de una de las mejores interpretaciones de la carrera de Ronald Colman, en un papel que éste deseó interpretar durante mucho tiempo. Su gran éxito de taquilla le permitió al productor David O. Selznick independizarse de la Metro (y de su suegro, Louis B. Mayer) y crear su propio sello.
  • Romeo y Julieta (Romeo and Juliet, 1936), de George Cukor. Basada en la obra teatral de William Shakespeare. Otra versión de la archiconocida tragedia, que estuvo nominada a los Oscar. Cuenta con Leslie Howard y Norma Shearer como la pareja protagonista, que eran bastante maduritos para el papel de los dos enamorados. De todos modos, la película resulta notable, gracias en parte a la dirección que corre a cargo de George Cukor.
  • San Francisco (1936), de W.S. Van Dyke. W.S. Van Dyke fue el director de esta superproducción de la Metro, uno de sus grandes éxitos durante años. La película es un antiguo precedente de las filmes de catástrofes de los años 1970. Todavía hoy en día, sorprende el realismo con que se filmaron las escenas del famoso terremoto que destruyó San Francisco en 1916, y más si tenemos en cuenta la limitada tecnología del cine de mediados de los años 1930. El título logró seis nominaciones a los Oscar, pero tan solo se llevó el del mejor sonido. El reparto estuvo encabezado por Clark Gable, Jeanette MacDonald y Spencer Tracy, todos ellos en su mejor época como estrellas del momento.
  • La dama de las camelias (Camille (Margarita Gautier), 1936), de George Cukor. Poco después del difícil paso que le supuso el cambio al cine sonoro, Greta Garbo realiza una de sus mejores interpretaciones. La película está rodeada del glamour romántico casi palpable que desprende la pareja protagonista. Hasta que se pudieron contemplar las carcajadas de la diva en Ninotchka (1939), nadie creía que esta actriz recia y metódica pudiera salirse de la órbita del melodrama. Esta es una de las películas que alimentan ese mito dramático, porque a la fortaleza interpretativa de la actriz se une la trágica historia que se cuenta, inspirada en La dama de las camelias, de Alejandro Dumas.
  • El gran Ziegfeld (The Great Ziegfeld, 1936), de Robert Z. Leonard. A medio camino entre la biografía y el musical, la película no sólo se centra en la figura del mítico Florence Ziegfeld, sino que ofrece un recorrido por el nacimiento y la evolución del teatro de variedades en EE.UU. La cinta, muy representativa de los mejores años del sistema de estudios de Hollywood, consiguió en 1936 los Oscar a la mejor película, actriz (Luise Rainer) y coreografía. El director de la película, Robert Z. Leonard, daría posteriormente el empujón hacia la fama a Gina Lollobrigida en La mujer más bella del mundo.
  • Una mujer difamada (Libeled Lady, 1936), de Jack Conway. Desternillante comedia de enredo de los años 1930, de diálogos hilarantes. Excelente trabajo del reparto, formado por actores de MGM cuando en esta compañía había “más estrellas que en el cielo”. Hay pasajes verdaderamente desternillantes, como aquel en que William Powell presume de ser un experto en la pesca de la trucha ante Walter Connolly, con momentos de auténtico 'slapstick'. Myrna Loy está deslumbrante, pero Jean Harlow como la mujer que nunca logra que Spencer Tracy se case con ella, y que acaba enamorándose de Powell, no le anda a la zaga.
  • Un día en las carreras (A Day at the Races, 1937), dirigida por Sam Wood. Nueva cinta de los hermanos Marx que da más de lo mismo, y no es una queja. Los tres cómicos despilfarran humor por los cuatro costados y amenizan algunas escenas con la música del harpa y del piano. El número de los negros es fantástico. Además, Groucho vuelve a regalar juegos de palabras que despiertan la carcajada sin remediarlo, como cuando dice: 'Soy veterinario, cásate conmigo y nunca más miraré a otro animal'. Divertida película considerada uno de los mejores películas de los Marx, donde cuenta también entre el reparto con la asidua Margaret Dumont, Maureen O'Sullivan y Allan Jones. 
  • Capitanes intrépidos (Captains Courageous, 1937), de Victor Fleming. Película basada en una novela de Rudyard Kipling y dirigida magistralmente por Victor Fleming. Concebida en 1937 como una aventura para toda la familia, la película fue promocionada como una excitante producción repleta de secuencias de acción. Pero el filme ofrece algo más que eso. Nominada a cuatro Oscar, Capitanes intrépidos se hizo finalmente con la estatuilla para Spencer Tracy como mejor actor principal. Curiosamente, el intérprete no estaba originalmente interesado en el papel por varios motivos: debía cantar en varias secuencias, rizarse el cabello y consideraba que su personaje no tenía suficiente peso. Meses después, las buenas críticas cosechadas le harían cambiar de opinión.
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