(cont.)
Y, Siempre hace buen tiempo (It's Always Fair Weather, 1955), en la que durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), Ted, Doug y Jack son tres excombatientes, veteranos de la Segunda Guerra Mundial, que han hecho una gran amistad durante la guerra. Una vez desmovilizados y en el momento de separarse para reiniciar cada uno su vida civil se comprometen para reunirse en el mismo bar diez años después. El reencuentro posterior sirve para reflexionar sobre sus vidas, pero dos de ellos llegan con aires de satisfacción y el tercero confiesa sus escasos progresos. Al fin se confiesan la verdad, revelando su insatisfacción y la desilusión por sus sueños. Aquí se reúnen de nuevo en la dirección Gene Kelly y Stanley Donen, que tres años antes hicieron la maravillosa Cantando bajo la lluvia, para entregar una de esas comedias de la posguerra, tan llenas de optimismo y dotadas de un ritmo sin igual. Más que simpático musical, al más puro estilo clásico, bajo la producción del talentoso Arthur Freed, responsable de otras maravillas musicales de la época dorada de la Metro Goldwyn Mayer, como Melodías de Broadway 1955, Cantando bajo la lluvia, Un americano en París, La bella de Moscú y un largo etcétera.
Dirigió además otras comedias musicales, entre las que se encuentran:
- Tres chicas con suerte (Give a Girl a Break, 1953). Tres chicas se disputan el papel protagonista en un musical de Broadway. Obra menor, pero amena, de Stanley Donen, que vuelve a contar con Debbie Reynolds, tras Cantando bajo la lluvia. Destacan los números musicales con música de André Previn y coreografía de Bob Fosse.
Hellen Wood, Debbie Reynolds y Marge Champion en Tres chicas con suerte (1953) |
- Y, Una cara con ángel (Funny Face, 1957). El fotógrafo (Fred Astaire) de una importante y conocida revista de moda busca una modelo que se salga de lo habitual. La casualidad lo lleva a una librería parisina donde, inesperadamente, descubre a una joven y tímida dependienta (Audrey Hepburn) que reúne todas las cualidades que buscaba. Decide, entonces, convertirla en la mejor modelo de París. Sofisticada comedia musical sobre canciones de George e Ira Gershwin. Lo mejor son los números musicales entre la pareja protagonista, demostrando Audrey estar a la altura del ya veterano bailarín tanto en la voz como en los movimientos. Sin embargo, crítica y público la recibieron con frialdad, y es cierto que, a pesar de buenos momentos. A pesar de todo resultó nominada al Oscar como mejor argumento y guión original. Se la considera el último gran musical de la edad dora da de Hollywodd.
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