lunes, 24 de junio de 2024

Diez recomendaciones para el Mes del Orgullo (II)

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6. Cosa de hembras (Female Trouble, 1974), de John Waters

La protagonista es Dawn Davenport, una adolescente que de mayor quiere ser todo lo que no se puede: analfabeta y rica, gorda y guapa, egoísta y admirada, y ladrona y glamurosa; su particularidad es que vive como si sí se pudiera. En el momento en el que una navidad no recibe los tacones de cha-cha que necesitaba para iniciarse en el camino de lo socialmente no aceptado para una chica de su edad, escapa de casa y, antes de que termine la primera mitad de la película, ya ha conseguido ser la reina de todo lo que es feo y está mal.
La gente suele recordar Pink Flamingos como la película más impactante de John Waters, pero creo que Cosa de hembras logró superar a su predecesora y tiene una mejor historia. Se suele olvidar que Waters hizo la película con la ayuda de profesores de cine de la Universidad de Maryland, Baltimore County y sus estudiantes, incluso. Estoy pensando en los niños que tuvieron sus primeras experiencias en esta producción. Comedia transgesora en la línea de otras producciones de John Waters de los años 1970, como Pink Flamingos, la cinta inmediatamente anterior. Pretendió llegar más lejos en escatología y provocación, aunque en realidad ambas películas tienen un tono grosero similar, y los personajes extremos habituales de la filmografía del realizador. Cuenta con la participación de los llamados 'dreamlanders', actores fetiches del cineasta, como Divine, Edith Massey, David Lochary, Mary Vivian Pearce y Mink Stole.

7. La ley del deseo (1987), de Pedro Almodóvar

Pablo y Tina son dos hermanos dedicados ambos al mundo del espectáculo. Hace veinte años, Tina era un hombre, pero ésa es la menor de las peculiaridades de la pareja, que vive marcada por una infancia difícil y la separación de sus padres. Pablo, director de cine, está profundamente enamorado de Juan, con quien mantiene relaciones esporádicas. La vida de los hermanos vivirá un cambio abrupto, y hasta violento, cuando Pablo conozca a Antonio, un joven atractivo e intenso con graves problemas psicológicos. 
El drama, y el amor más apasionado e irreflexivo, se cernirá sobre este grupo de personajes, en esta emocionante película que supuso la madurez artística de Pedro Almodóvar, y que cuenta con unas grandes interpretaciones de Eusebio Poncela, Carmen Maura y Antonio Banderas, éste en uno de sus primeros papeles protagonistas para el cine.
Si conoce mejor a Antonio Banderas como icono de los años 1990, piense en viajar un poco más atrás en el tiempo hasta las primeras películas que hizo con Pedro Almodóvar, incluida nuestra principal recomendación (y la película que Almodóvar ha calificado como la mejor interpretación de Banderas). Triángulos amorosos queer, representación trans, emociones desquiciadas, adicción... todo está presente en la película que también sirve como debut de la legendaria Rossy de Palma.

8. Blue (1993), de Derek Jarman 

En una pantalla siempre azul, una banda sonora entretejida de voces, efectos sonoros y música intenta ser una especie de retrato de Derek Jarman y sus experiencias con el SIDA, además de un análisis de los conceptos asociados al color azul. Todo ello sin concesiones al sentimentalismo o a la autocompasión e incluso recurriendo de vez en cuando a la ironía o el humor. 
Derek Jarman hizo videos para The Smiths, supo adaptar Shakespeare mejor que la mayoría, fue uno de los primeros activistas contra el VIH/SIDA y fue uno de los portavoces más elocuentes de las personas que viven con el VIH. En lo que respecta a su carrera cinematográfica, se podría hablar de los decorados que diseñó para Los demonios de Ken Russell o de cómo su Caravaggio sirve como primer papel de Tilda Swinton, pero es Blue, es la película, en la que más pensamos. Jarman utilizó una única imagen constante de color azul delphinium para representar cómo veía el mundo en ese momento: cuando estaba perdiendo la vista al final de su vida, todo se tiñó de azul. Estrenada apenas unos meses antes de su muerte, Blue es su exposición permanente más resonante.

9. El desconocido del lago (L'inconnu du lac, 2013), de Alain Guiraudie

Es verano y en un crucero hecho solamente para hombres se conocen Franck (Pierre Deladonchamps) y Michel (Christophe Paou). Frank se enamora locamente de él, un hombre poderoso, atractivo y con mucha fuerza. Franck sabe que Michel no es la persona apropiada para él, que, por su fuerte personalidad, lo más probable es que la relación salga mal y que a él le hagan daño. Pero no le importa. La pasión que está viviendo al lado de Michel es tan fuerte que no piensa en nada más, solo se limita a disfrutar del momento.
Extraños peligrosos en la orilla. Sexo escabroso. La película de Alain Guiraudie es un tema de conversación. Si estás en un bar, una fiesta, etc., y alguien que no conoces le escucha mencionar la película, terminarás hablando con él durante el resto de la noche. A partir de la tensión entre el orden y el caos, el cine clásico se empeñó en la búsqueda de la perfección. Algo de esto ha logrado El desconocido del lago. La película de Alain Guiraudie es calma como el agua quieta de un lago y explosiva en su retrato de la fisicidad, de los fluidos que emanan de un cuerpo, ya sea en el momento del gozo o en el de sufrimiento. Guiraudie plantea un film noir a partir de la presentación del espacio, del lago y sus alrededores, el bosque donde se suceden distintos y fortuitos encuentros homosexuales.

10. Súper empollonas (Booksmart, 2019), de Olivia Wilde

Dos estudiantes de último año de instituto se dan cuenta de una terrible verdad el día antes de su graduación: han trabajado tanto que no han sido capaces de divertirse. Las dos jóvenes deciden hacer todo lo posible para convertir la noche de la graduación en una velada tan épica, que consiga compensar los cuatro sacrificados años a los que se han visto sometidas.
Comedia gamberra de instituto con mirada femenina, cuenta principalmente con dos protagonistas, Kaitlyn Dever y Beanie Feldstein, mueve la cámara la actriz debutante en la dirección de largometrajes Olivia Wilde, y firman el guión cuatro mujeres, Emily Halpern, Sarah Haskins, Susanna Fogel y Katie Silberman. Va en la línea de títulos como Supersalidos o Superfumados, de planteamientos y gracia bastante limitados, pero sopla a favor el viento del #MeToo, por lo que ha sido recibida con desmesurados aplausos, como si hubiera logrado atrapar la quintaesencia del humor y el enredo. Una de las muchas cosas que gustan de esta película es que la homosexualidad y la identidad del personaje de Kaitlyn Dever forman parte de la historia. Para su mejor amiga, Molly, y para toda su clase de graduación, es simplemente parte de quién es ella. Y su encuentro en el baño con Hope es tan provocativo como cualquier otra cosa que suceda la noche anterior a la graduación, como el encuentro de la señorita Fine con Theo.

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