sábado, 8 de junio de 2024

Metro-Goldwin-Mayer cumple 100 años (XX)

(cont.)
  • Los que no perdonan (The Unforgiven, 1960), de John Huston. En una ocasión, John Huston dijo que si alguna vez hacía un western seguiría a rajatabla todas sus reglas, ya que era un género con un estilo propio muy marcado. Sin embargo, aunque en Los que no perdonan es verdad que mantiene las convenciones formales del western clásico, plantea un tema nuevo, la intolerancia racial, y en este sentido, es crítico con sus predecesores. La película está protagonizada por un reparto de lujo, entre el que destacan Audrey Hepburn en el papel de india, Burt Lancaster, y la veterana Lillian Gish, que sorprendió a todos con su habilidad con el revólver. Por cierto, Hepburn, que estaba embarazada durante el rodaje, sufrió un aborto al caerse del caballo.
  • Una mujer marcada (Butterfield 8, 1960), de Daniel Mann. Adaptación de un bestseller de John O'Hara, realizada por Daniel Mann, director de otras prestigiosas adaptaciones como Mañana lloraré y The Last Angry Man. Uno de los principales atractivos de la película fue la interpretación de Elisabeth Taylor, en un papel hecho a su medida y por el que ganó en 1961 un Oscar a la mejor actriz principal. Cuando rodó la cinta, Liz estaba en el ojo del huracán tras haberle robado el marido, Eddie Fisher, a su amiga, la actriz Debbie Reynolds. La ola de impopularidad que afectaba a su imagen se torció en cariño incondicional después de que la actriz sufriera una grave neumonía en Londres y sólo lograse salvar su vida gracias a una traqueotomía de urgencia.
  • Donde hay chicos hay chicas (Playas de Florida) (Where the Boys Are,1960), de Henry Levin. Adaptación cinematográfica de una novela de Glendon Swarthout. Este musical de amores y desamores veraniegos está dirigido por Henry Levin, cuyo fuerte fueron vodeviles de este calibre, entre los que destaca El hotel de la luna de miel, aunque uno de sus mejores películas es el oscuro western Un hombre solitario. Donde hay chicos hay chicas supuso el debut cinematográfico de Connie Francis (que canta la canción del título) y Paula Prentiss. la película propició algunas secuelas, como es el caso de Contigo para siempre, que volvía a contar como protagonistas con Francis y Prentiss. También se realizó un remake casi un cuarto de siglo más tarde titulado Donde hay chicos... ¡hay chicas! (Where the Boys Are'84, 1984), pero sin ninguna repercusión crítica ni comercial.
  • Cimarrón (1961), dirigida por Anthony Mann. Espectacular western que se apuntó a las tendencias de películas gigantes capaces de competir con la irrupción en los hogares americanos de la televisión. De aliento épico indudable, marcó los siguientes trabajos de Anthony Mann en esa línea, como El Cid y La caída del imperio romano. Se trata de una nueva adaptación de la novela de Edna Ferber, ya llevada a la gran pantalla en 1931 por Wesley Ruggles, con Richard Dix e Irene Dunne como protagonistas. Fue el último western de Mann, y Glenn Ford se ajustó muy bien al clásico héroe de lejano Oeste. La misma idea inspiraría muchos años después la película Un horizonte muy lejano (Far and Away, 1992), de Ron Howard y protagonizada por Tom Cruise y Nicole Kidman.
  • Rey de reyes (King of Kings, 1961), de Nicholas Ray. Cuenta la vida de Jesucristo, narrada con mucha inteligencia y espectacularidad. Está rodada de manera maravillosa por el controvertido Nicholas Ray. Producida por el experto Samuel Bronston, fue rodada en España. Nunca hasta entonces se habían desplegado tal cantidad de medios para contar la vida y la muerte de Cristo. Huye de una imagen mogijata, y está más inspirada en los textos del historiador romano Tácito, que en los Evangelios. Aun así, es respetuosa y se mantiene fiel en muchos aspectos a las Escrituras. Una gran historia de casi tres horas de duración, con una puesta en escena admirable. La audacia de Nicholas Ray, director de películas desiguales entre las que destacan En un lugar solitario (1950) o Johnny Guitar (1954), consigue mantener la expectación en todo momento, a pesar de que el argumento de la película es de sobra conocido por todos.
  • West Side Story (Amor sin barreras) (West Side Story, 1961), de Robert Wise y Jerome Robbins. Esta innovadora versión de Romeo y Julieta, ambientada en las calles de Manhattan con bandas rivales donde se combina la tragedia con el musical, se convirtió en una de las películas más taquilleras de la historia y ganó diez premios Óscar, entre ellos a la mejor película, director, actores secundarios (Rita Moreno y George Chakiris) y música. En contraste con lo que Hollywood solía hacer con sus adaptaciones musicales, todas las canciones que escribieron Leonard Bernstein y Stephen Sondheim para la obra de teatro, estrenada cuatro años atrás, se usaron en la película.
  • La conquista del oeste (How The West Was Won, 1962), de Henry Hathaway, John Ford, George Marshall, Richard Thorpe. Historia de la conquista del oeste a través de tres generaciones de la misma familia: los Prescott. Los acontecimientos más importantes que les suceden a los pioneros se dividen en cinco episodios: “Los ríos”, “Las llanuras”, “La guerra civil”, “El ferrocarril” y “Los forajidos”. Lujosa superproducción dirigida y protagonizada por figuras características del género del western, como los realizadores John Ford, Henry Hathaway y George Marshall, o los actores John Wayne, Henry Fonda, Gregory Peck, James Stewart, George Peppard, Richard Widmark y Debbie Reynolds, entre otros. La conquista del oeste fue la primera película rodada en Cinerama, un sistema con el que la industria del cine intentó luchar contra el cada vez más pujante fenómeno de la TV. El Cinerama consistía en un dispositivo compuesto por tres cámaras que filmaban sincronizadas entre sí y que se emitían en una pantalla de tipo panorámico (curvada en forma cóncava). Sin embargo, las tres imágenes resultantes no siempre encajaban a la perfección. Finalmente, el sistema fue sustituido por la filmación en 70 mm. Casi tan espectacular como el Cinerama y mucho más conseguida.
  • Los cuatro jinetes del Apocalipsis (Four Horsemen of the Apocalypse, 1962), de Vincente Minnelli. Adaptación al cine de la novela homónima de Vicente Blasco Ibáñez, símbolo de los terrores de la guerra y la destrucción, que fue ambientada en el París ocupado por los nazis, pese a que la novela original ubicara su acción en la I Guerra Mundial. Vincente Minnelli fue el encargado de llevarla a la pantalla, en una de las primeras películas en las que el realizador empezó a experimentar con el color, posteriormente uno de los signos de identidad más estacados de su cine. Pese a no ser considerada una de las películas más conseguidas de su director, Los cuatro jinetes del Apocalipsis cosechó un gran éxito de taquilla en España.
  • Lolita (1962), dirigida por Stanley Kubrick. Sexto filme de Stanley Kubrick, realizado en 1962, y basado en la controvertida novela homónima de Vladimir Nobokov. El proceso de producción de Lolita estuvo marcado por varias dificultades: el largo proceso de casting para encontrar a la actriz que diera vida a Lolita (que al final recayó en la joven de 13 años, Sue Lyon, que a partir de aquí seguiría una irregular carrera cinematográfica); la designación de Nabokov como guionista para adaptar su extensa novela (y que le valió una nominación al Oscar) y, sobre todo, los encontronazos con la censura de la época.
(cont.)

No hay comentarios:

Publicar un comentario