viernes, 14 de junio de 2024

Metro-Goldwin-Mayer cumple 100 años (XXV)

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Años 1980
  • Fama (Fame, 1980), dirigida por Alan Parker. Tras el gran éxito de "El expreso de medianoche", Alan Parker volvió a dar en el blanco con este filme que contribuyó a reflotar un género que parecía moribundo: el musical. Aunque la película presentaba varias subtramas, el director prefirió centrar su atención en los números musicales antes que en desarrollar los personajes. Quizás como desaprobación a este sensacionalismo, los responsables de la escuela superior de Arte Dramático de Nueva York le prohibieron que filmase en sus instalaciones. Aún así, la cinta fue candidata a seis Oscar y ganó los destinados a mejor canción y banda sonora. Fama sirvió también para dar pie a una serie, que arrasó en las televisiones de todo el mundo en los años 1980. Varios de los actores de la película (Lee Curreri, Gene Anthony Ray, Debbie Allen y el veterano Albert Hague) repitieron sus papeles en la pequeña pantalla.
  • Toro Salvaje (Raging Bull, 1981), de Martin Scorsese. Tras el tremendo éxito de público y crítica de Taxi Driver, el director Martin Scorsese, el guionista Paul Schrader y el actor Robert De Niro volvieron a trabajar juntos en esta biografía del boxeador Jake LaMotta. Rodada en un sobrio blanco y negro, la película retrata con gran crudeza la ascensión y caída del púgil y deja de lado el aspecto puramente deportivo del boxeo para centrarse en el turbio ambiente que le rodea. Robert De Niro, que engordó más de treinta kilos para dar vida a LaMotta en su etapa de decadencia, consiguió el Oscar al mejor actor en 1981 por este papel.
  • Dinero caído del cielo (Pennies From Heaven, 1981), de Herbert Ross. Un filme a la vez oscuro y entusiasta que es capaz de presentar con la misma eficacia emociones situadas en polos opuestos, utilizando para ello estilos visuales completamente diferentes (desde un deprimente blanco y negro a un lujoso tecnicolor, que adorna coreografías dignas de Busby Berkeley). Hasta esta película, Steve Martin era básicamente conocido por su faceta cómica, pero aquí dio todo un recital de versatilidad, demostrando sus habilidades como actor dramático y bailarín. Y por si esto no fuera suficiente sorpresa, Christopher Walken destapó también el tarro de las esencias en un memorable y sensual número de baile, en el que se desnudaba mientras bailaba claqué. Aún así, y pese a sus innegables cualidades, la cinta fue todo un fracaso en taquilla.
  • Furia de titanes (Clash of the Titans, 1981), de  Desmond Davis. Versión del mito de Perseo que cuenta con la participación de un plantel de veteranas estrellas encabezadas por Laurence Olivier y Ursula Andress. Sin embargo, el papel protagonista es interpretado por Harry Hamlin, conocido por su papel en la serie televisiva La Ley de Los ÁngelesCabe destacar en esta película el trabajo en los efectos especiales -el último, por cierto- del maestro Ray Harryhausen, responsable de títulos míticos como El viaje fantástico de Simbad, Los viajes de Gulliver y Hace un millón de años. Este no solo se dedicó a plasmar el imaginario de la historia, sino que también se dedicó a tareas de producción. De hecho, él fue quien tiró adelante esta empresa cuando un estudiante de mitología, Beverley Cross (quien ya conocía porque había trabajado con él en Jasón y los argonautas y Sinbad y el ojo del tigre), le desarrolló la idea. Eso sí, añadió más criaturas extrañas para animar las escenas.
  • 1997: Rescate en Nueva York (Escape from New York, 1981), de John Carpenter. Una de las películas más populares de John Carpenter, imitada luego hasta la saciedad, que, además de funcionar como película de acción futurista, tiene una segunda lectura como una lúcida sátira de una sociedad irreparablemente fraccionada por criterios de raza y clase. 15 años más tarde, el propio Carpenter realizó una secuela, todavía más políticamente incorrecta, titulada 2013: Rescate en L.A. en la que Kurt Russell recuperó su carismático personaje de "Serpiente Plissken".
Diner (1982), dirigida por Barry Levinson. Los problemas inherentes a la llegada de la edad adulta fueron bien sintetizados por el guionista y director Barry Levinson en esta historia sobre las tribulaciones de cinco jóvenes amigos en el Baltimore de los años 1950. Realizada con evidente cuidado y cariño, obtuvo un éxito inesperado. Fue la primera película de Levinson como director y significó también el debut cinematográfico de Ellen Barkin y Paul Reiser.
  • Pink Floyd: El muro (Pink Floyd: The Wall, 1982), de Alan Parker. La película está basada en el disco homónimo, y coloca como protagonistra a Pink (Bob Geldof), un joven rockero con traumas del pasado y que acaba dándose a la droga como única alternativa a la presión que ha soportado siempre, que para él es como un muro que no le permite ser libre. Rodado con una estética oscura, violenta, con multitudes que actúan al unísono e intercalado con animaciones simbólicas, Alan Parker dirige este drama musical que hará las delicias de los seguidores de la banda.
  • ¿Víctor o Victoria? (Victor Victoria, 1982), de Blake Edwards. Blake Edwards, popular por ser el director de toda la saga de La Pantera Rosa y de clásicos del cine como Desayuno con diamantes, construye aquí una comedia musical sobre la identidad sexual que sería uno de sus últimos grandes éxitos de taquilla. La protagoniza Julie Andrews, esposa del cineasta y una habitual de los musicales desde que saltara a la fama gracias a Mary Poppins. Curiosamente, la actriz, que estaba pasando un pequeño bache en su carrera, consiguió con la que nos ocupa su mejor actuación, hecho que le valió otra candidatura al Óscar. No fue la única de la cinta, pues también optaron a la estatuilla los actores Robert Preston y Lesley Ann Warren, y el mismo Edwards, en el apartado de mejor guion adaptado. Sin embargo, el único en llevarse el trofeo a casa fue Henry Mancini, por su banda sonora.
Rocky III (1982), dirigida por Sylvester Stallone. Tercera entrega de la saga Rocky, al igual que la segunda, dirigida por el propio Sylvester Stallone. Contó con el mismo equipo técnico que las dos entregas anteriores, aunque la crítica se apresuró a señalar el progresivo tono repetitivo de la serie. En esta ocasión, Apollo Creed, el contrincante de las dos anteriores, se hace amigo de Rocky. A destacar la presencia del veterano Burgess Meredith, en una película que volvió a obtener una gran recaudación y que permitió la realización de dos secuelas más. Cabe destacar que el contrincante del Potro Italiano está interpretado por Laurence Tureaud, más conocido como Mr. T, el sempiterno B. A. Baracus de la serie El equipo A.
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