miércoles, 12 de junio de 2024

Metro-Goldwin-Mayer cumple 100 años (XXIII)

(cont.)
Años 1970
  • La hija de Ryan (Ryan's Daughter, 1970), de David Lean. Después de "Doctor Zhivago", el célebre cineasta David Lean rodó otra historia épica con triángulo amoroso incluido que protagonizaron Robert Mitchum, Sarah Miles y Trevor Howard. Lean invirtió cinco años para desarrollar el guion y uno entero para el rodaje, que tuvo lugar en la península de Dingle, el lugar más lluvioso de Irlanda. La película, a pesar de ganar dos Oscar, fue duramente desprestigiada por la crítica, provocando que Lean, uno de los directores que más dinero diera a la industria durante los años 1960, se alejara de las pantallas durante 14 años.
  • Shaft (Las noches rojas de Harlem) (Shaft, 1971), de Gordon Parks. Protagonizada por Richard Roundree, es el primer exponente del subgénero llamado 'blaxpoitation' (cine de acción hecho por y para afroamericanos). Es decir, se trata de un thriller en el que el héroe duro, listo y sensual es un actor de color cuando, hasta entonces, el único referente en el cine había sido Sidney Poitier. La película, además, plasma con una crudeza y una violencia inusitada, el mundo de los guetos, de la delincuencia, de la droga y de la vida cotidiana de Harlem. Sorprendió que los estudios Metro-Goldwin-Mayer no censuraran al director por ello. La banda sonora de Isaac Hayes, ganador del Oscar a la mejor canción, fue todo un éxito y fue incluida en el 'remake' que protagonizó Samuel L. Jackson.
  • Cuando el destino nos alcance (Soylent Green, 1973), de Richard Fleisher. Richard Fleischer dirigió esta cinta de ciencia-ficción que especula sobre la sobrepoblación en el mundo basándose en la novela de Harry Harrison. Éste fue uno de las primeras películas que tratan el tema de la ruptura del equilibrio ecológico y que ofrece su particular visión acerca del desarrollo tecnológico y sus interconexiones con la política. En este sentido, Cuando el destino nos alcance es una película que expresa las preocupaciones vigentes de la década de 1970, cuando la idea de un futuro negativo empezaba a nacer en la mente de las personas. Una preocupación que se reflejó en posteriores cintas tan conocidos como Blade Runner o Terminator.
  • Almas de metal (Westworld, 1973), de Michael Crichton. El famoso escritor Michael Crichton, autor de novelas como Parque Jurásico, Esfera o El guerrero número 13, debutó en la dirección de largometrajes con esta película, del que también escribió el guión. Partiendo de una historia inicialmente de ciencia-ficción, Crichton planteó, no sólo una visión crítica del mundo del entretenimiento, sino también una revisión irónica del mismo concepto de género cinematográfico. Para ello contó con Yul Brynner, interpretando un calco robótico de su papel en Los siete magníficos" consiguiendo un éxito crítico y comercial, que permitiría a Crichton seguir en la realización cinematográfica.
  • Érase una vez en Hollywood (That's Entertainment!, 1974), de Jack Haley Jr. La productora Metro-Goldwyn-Mayer se encarga de realizar este documental, al cumplir su 50º amiversario, que recoge escenas de los mejores musicales del estudio a lo largo de tres décadas, años 1930, 1940 y 1950. La cinta es un verdadero desfile de estrellas, en donde destacan Fred Astaire, Gene Kelly, Bing Crosby, Liza Minnelli, Frank Sinatra, Judy Garland, Elizabeth Taylor, Cyd Charisse, Leslie Caron... y muchos más. Era la época en que productora presumía de contar con más estrellas que el firmamento, afirmación que distaba mucho de la exageración. Junto a números muy conocidos de títulos como Cantando bajo la lluvia o El mago de Oz, de inolvidables coreografías y canciones, también hay otras rarezas muy interesantes, como la posibilidad de ver cantar a James Stewart, Clark Gable, Cary Grant o Grace Kelly, o los momentos en que coincidieron en pantalla Judy Garland y Deanna Durbin, y Fred Astaire y Gene Kelly. El conjunto es emotivo, de modo especial en el recuerdo que Liza Minnelli tiene para con su madre Judy Garland. Si la mirada a los musicales de la Metro se hubiera ampliado al resto de los estudios, el resultado habría sido casi perfecto.
  • El viento y el león (The Wind and the Lion, 1975), de John Milius. Segundo largometraje de John Milius después del éxito obtenido con Dillinger, su debut tras las cámaras. En esta ocasión, escribió un guion donde se recreaban todos los elementos clásicos del cine de aventuras, en un momento en que el género no pasaba por su mejor momento. La crítica señaló que uno de los aciertos de la película fue plantearla bajo el punto de vista del hijo de la mujer raptada, dando a la historia un aspecto de narración fantástica, cercana al cuento. El viento y el león consiguió un importante éxito de público y fue candidata al Oscar por la banda sonora de Jerry Goldsmith. La película estaba basada en un hecho real, aunque su conclusión fue muy diferente. Hubo, efectivamente, el rapto de una estadounidense a manos de un líder béreber, pero todo se saldó con una amenazadora carta del presidente estadounidense que logró su liberación.
  • La pareja chiflada (The Sunshine Boys, 1975), de Herbert Ross. Primera comedia nacida de la colaboración entre el director Herbert Ross y el dramaturgo Neil Simon, responsable de la obra teatral homónima y de la adaptación del texto a la gran pantalla. A ésta le seguirían títulos como La chica del adiós o California suite, todas ellas producidas por Ray Stark. La película destaca por su cómica pareja protagonista, formada por Walter Matthau (esta vez sin su inseparable Jack Lemmon) y George Burns, que volvía al cine tras una ausencia de más de 30 años, sustituyendo al actor Jack Benny que abandonó el proyecto por enfermedad. Quizás por eso, de las cuatro nominaciones que cosechó la película, solamente la de Burns se convirtió en un Oscar, el único que obtuvo el actor en su larga carrera. La cinta, además, logró tres Globos de Oro: mejor película, mejor actor (Walter Matthau) y mejor actor secundario (Richard Benjamín).
  • La fuga de Logan (Logan's Run, 1976), de Michael Anderson. Michael York protagoniza la adaptación de la novela homónima de William F. Nolan y George Clayton Johnson, que imagina un futuro apocalíptico y totalitarista. Dirigida por ese competente artesano que es Michael Anderson. La película ganó un Oscar especial por sus efectos visuales y consiguió un notable éxito de taquilla, amén de dar pie a una serie de TV de idéntico argumento y corta vida.
  • Carrie (1976), dirigida por  Brian De Palma. Esta película, la primera adaptación al cine de una novela de Stephen King, sirvió de trampolín a Brian De Palma. El director, gran admirador y deudor del cine de Hitchcock, demuestra aquí su dominio de la técnica, con trávelin circulares, planos secuencia y ralentís, que perfeccionaría más tarde en posteriores trabajos como Doble cuerpo y Los intocables. Carrie obtuvo dos candidaturas a los Oscars para sus actrices protagonistas. La joven Sissy Spacek optaba a la estatuilla por su interpretación de la joven y Piper Laurie por su papel como madre de la muchacha, en su vuelta al cine tras un paréntesis de 15 años.
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