Decidido, disciplinado, trabajador, el actor autodidacta se sumerge con intensidad en todos sus papeles. Tras conquistar Hollywood, brilla en la primera película de Jonathan Millet, en cines.
"El actor usa sus piernas. Utiliza su voz, sus ojos, sus manos. […] Su cuerpo es su instrumento. […] Cada uno de sus movimientos es escudriñado. No hay donde esconderse." Así habló Stella Adler, famosa profesora de teatro estadounidense, cuyas enseñanzas, recogidas en El arte de actuar (ediciones Capricci), parecen hechas a medida para Adam Bessa. En Les fantômes, que se estrena esta semana, el actor de 32 años magnetiza la pantalla con una rara intensidad como un refugiado que, sin embargo, insiste en permanecer invisible. Hamid es miembro de una organización secreta que rastrea a criminales de guerra sirios escondidos en Europa. Su búsqueda lo lleva a Estrasburgo tras la pista de su antiguo torturador.
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