5. ¡Viven! (Alive, 1993), de Frank Marsall
El avión que transportaba a la selección uruguaya de rugby a Chile se estrella en plena cordillera de los Andes. Para los treinta supervivientes, fue el comienzo de una terrible experiencia. Al abrigo de una cabina destrozada, perdida a 3.500 metros de altitud, las víctimas del accidente del 13 de octubre de 1972 esperaron setenta días a los socorristas. Para sobrevivir, los vivos tuvieron que recurrir a comerse a los muertos.
Estamos tentados a hacer bromas sobre el arte de encender una barbacoa... si no fuera una historia real |
Frank Marshall cuenta cuidadosamente su terrible historia, sin sucumbir a la tentación obscena de lo sensacional o lo horrible. La historia es sobria, modesta, quizás demasiado respetuosa. De repente, la inevitable barbarie del canibalismo se convierte en una edificante lección de valentía.
(cont.)
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