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36. Cementerio viviente (Pet Sematary, 1989), de Mary Lambert
Una familia se muda cerca de un cementerio de animales y otro indio y se enfrenta a un dilema: ¿deben resucitar sus seres queridos desaparecidos? Con guión de King, esta adaptación despojada de sus cuestiones morales se reduce a su dimensión horrorosa. En retrospectiva, su encanto antiguo nos empuja a la indulgencia.
37. Verano de corrupción (Apt Pupil, 1999), de Bryan Singer
El cuento, sobre la morbosa fascinación de un adolescente por un ex nazi, es uno de los más inquietantes del autor. Al tratar torpemente de suavizarla, Singer produce una película decepcionante, ciertamente bien interpretada (excelente Ian McKellen), pero sin ninguna dirección intelectual y moral real.
Al lado de los monstruos de El cazador de sueños, incluso la criatura de Alien parece sexy. Los extraterrestres estilo rey, a quienes Lawrence Kasdan les dio vida, parecen enormes y viscosos tractos digestivos mutantes. Criaturas mal acabadas, a las que siempre preferiremos más… pesadillas terrenales.
39. El misterio de Salem's Lot (Salem's Lot, 1979), de Tobe Hooper
El metro estándar para muchas películas y series de vampiros de finales del siglo pasado. El propio Tobe Hooper se inspiró en Hitchcock (Psicosis) y Murnau (Nosferatu) para esta película para televisión en dos partes, doblada por King, muy contento con esta exitosa traslación de la novela a la pantalla.
40. El misterio de Salem's Lot (Salem's Lot, 2004), de Mikael Salomon
Veinticinco años después, ¿era necesario rehacer una película para televisión sobre Salem? Ante esta versión incruenta y sin mordiscos, la respuesta es no. Salomon vampiriza débilmente la estética de Expediente X y las emociones están ausentes. Como Rutger Hauer, incapaz de aprenderse sus líneas, según Rob Lowe.
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