(cont.)
26. Haven (2010-2015), de Sam Ernst y Jim Dunn
Serie de TV (2010-2015). 5 temporadas. 65 episodios. Inspirada en la novela corta The Colorado Kid, la serie presenta las investigaciones de un policía en un pueblo donde los habitantes están dotados de poderes paranormales. Al principio entretenida, ayudada por sus escenarios y la actriz Emily Rose, poco a poco se fue viendo envuelta en ridículas intrigas.
27. Cadena perpetua (The Shawshank Redemption, 1994), de Frank Darabon
El poder de esta historia no ha envejecido ni un ápice. Adaptada del cuento Rita Hayworth y la redención de Shawshank (1982), la película nos permite vivir el horror de la prisión de por vida y su injusticia carnívora, acercándonos lo más posible a la humanidad de los personajes (los inolvidables Tim Robbins y Morgan Freeman).
28. La milla verde (The Green Mile, 1999), de Frank Darabont
Esta historia no se desarrolla en una ciudad, sino en una prisión, entre condenados a muerte. Durante mucho tiempo, la película explora lo peor y lo mejor de esta comunidad. Donde Tom Hanks interpreta maravillosamente a los guardias humanistas que se enfrentan a la crueldad de un colega o a la bondad cristiana del recluso Michael Clarke Duncan.
El común poseído
Ten cuidado, objeto desagradable. O poseído por un perro. En King, como en muchas adaptaciones, la banalidad tiene dientes. Puede atacar de cualquier forma, incluso la más inocua y cotidiana. Muy lejos de las mansiones encantadas y del habitual decoro del horror, todo un cachivache infernal nos aterroriza a plena luz del día: los coches literalmente conducen como locos, los teléfonos pueden transformarte en zombies, los camiones cargan, ¡e incluso las lavadoras industriales pueden morder!
29. Cujo (1983), de Lewis Teague
Donde, ay, las cualidades de la novela se pierden en los labios babeantes del rabioso San Bernardo, que desgasta sus patas aterrorizando a un pequeño pueblo. Una serie de escenas gratuitas y sangrientas, la película olvida que su “monstruo” era, para King, sólo un pretexto para una galería de retratos más humanos.
30. Christine (1983), de John Carpenter
Es un Plymouth Fury de 1958, una opción sobrenatural. Está roja como un demonio y además tiene malas intenciones. Y muy posesivo con su dueño... Stephen King cede aquí el volante a otro maestro de las emociones fuertes, John Carpenter, que supo conducir el terrible coche hasta el final de la película de culto.
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