Nunca sin mi paraguas: Lluvia ácida (Acide, 2023), de Just Philippot
Durante una ola de calor, unas nubes extrañas comienzan a arrojar lluvia ácida, causando devastación y pánico en toda Francia. En un mundo al borde del abismo, una joven y sus padres divorciados deben unir fuerzas para tratar de escapar de esta catástrofe climática.
Segundo trabajo como realizador del francés Just Philippot, tras la sobrevalorada La nube, donde ya hablaba de las consecuencias del cambio climático y la contaminación recreando una terrible plaga de saltamontes. Ahora, se afana por mostrar tormentas con temibles efectos, también causadas por la insensatez humana. El film –que ha coescrito junto a Yacine Badday– se basa en su corto homónimo de 2018, y como en otros casos en los que se ha querido alargar una producción similar (salvo excepciones como Whiplash), tiene un punto de partida inquietante y crea tensión, pero le faltan ideas para mantener la atención durante hora y media. Gran película de género, esta “supervivencia” ecológica, donde la impresionante dirección no nos da ni un segundo de respiro, con Guillaume Canet en su mejor papel. El fin del mundo en vivo.
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