lunes, 16 de septiembre de 2024

Clásicos de la década de 1980 (II)

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Atmósfera cero (Outland, 1981), de Peter Hyams

En un mundo futuro, un agente de policía es enviado a una remota colonia de Júpiter para investigar la sospechosa muerte de tres obreros en una mina. Su determinación a esclarecer lo sucedido pondrá su vida también en peligro, pero ni siquiera la orden de que abandone la investigación hace que desista en su empeño.
Considerada una mezcla entre ciencia-ficción y western, Peter Hyams rueda un título claustrofóbico donde los personajes viven entre la oscuridad de la mina y el miedo a la extraña amenaza. Sólo un héroe será capaz de investigar lo que pasa en medio de un clima de inseguridad y angustia. Ese héroe está encarnado por Sean Connery. Buenos momentos de suspense y acción que recuerdan a la saga Alien, tan de moda por aquellos años, y aparece también un secundario de la talla de Peter Boyle.

En busca del arca perdida (Raiders of the Lost Ark, 1981), de Steven Spielberg

Año 1936. Indiana Jones es un profesor de arqueología, dispuesto a correr peligrosas aventuras con tal de conseguir valiosas reliquias históricas. Después de una infructuosa misión en Sudamérica, el gobierno estadounidense le encarga la búsqueda del Arca de la Alianza, donde se conservan las Tablas de la Ley que Dios entregó a Moisés. Según la leyenda, quien las posea tendrá un poder absoluto, razón por la cual también la buscan los nazis.
Spielberg recuperó con esta sensacional película el espíritu de los viejos seriales de aventuras de los años 1930 y 1940. Son dos horas de acción sin respiro, que se ven sin ningún esfuerzo y con mucho gusto. Se acumulan las situaciones más complicadas, de las que Indiana Jones siempre sale airoso. La emoción visual se logra a un ritmo trepidante, y se suceden a velocidad de vértigo las aventuras en la jungla sudamericana, en el desierto de El Cairo o en una base submarina nazi.

En busca del fuego (La Guerre du feu, 1981), de Jean-Jacques Annaud

Película ambientada en la Prehistoria, en el Pleistoceno Superior, hace unos 70.000 años, cuando en el Viejo Mundo convivían diversas y amenazantes especies humanas y animales. Un clan de neandertales –dependientes del fuego que saben mantener, pero no producir- sufre el ataque de una horda homínida más simiesca que apaga la única fogata del clan. Se sienten entonces tan vulnerables y desvalidos que deciden enviar a tres machos jóvenes en busca de un nuevo fuego.
En su primer gran éxito, el francés Jean-Jacques Annaud partió de una novela de J.H. Rosny para una realista reconstrucción de la era prehistórica. Contó con la ayuda de expertos en la época, como el zoólogo Desmond Morris o el novelista y lingüista Anthony Burgess, que se inventó el modo de comunicarse de los personajes a base de gruñidos.
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