jueves, 19 de septiembre de 2024

Las veinte mejores películas de John Ford (XII)

(cont.)

13. Cuatro hijos (Four Sons, 1928)

En una pequeña población de Baviera reside la viuda Frau Bernle (Margaret Mann), quien vive para sus cuatro hijos. El idílico ambiente rural se romperá con el estallido de la Gran Guerra, que provocará la disolución de la familia. El hijo mayor, Joseph (James Hall), conseguirá emigrar a los todavía neutrales Estados Unidos gracias a los ahorros de su madre. Los dos siguientes, Franz (Ralph Bushman) y Johann (Charles Morton), se alistarán voluntarios en el ejército del Reich. La muerte en el frente oriental de los dos hermanos no evitará que el implacable mayor Von Stomm (Earle Foxe) movilice también al pequeño Andreas (George Meeker). Sola en su hogar, Frau Bernle recibirá también la noticia de la muerte del joven Andreas, quien ha fallecido en brazos de su propio hermano Joseph, alistado en el ejército norteamericano. Cuando Joseph vuelve sano y salvo a Nueva York, donde le esperan su esposa e hijo, decide llamar a su madre para que viva junto a su familia americana. Tras sortear los últimos obstáculos de la burocracia de emigración de la Isla de Ellis, la madre se reunirá con el resto de su familia.
Basada en el cuento de I.A.R. Wylie Grandma Bernle Learns her LettersLa cinta transmite una serena y bella tristeza a través del denso personaje principal de Frau Bernle, al que Margaret Mann aporta una gran variedad de registros emotivos respaldada por la labor del director.​ Las sucesivas partidas de los hijos y la recepción de las cartas que comunican sus muertes, constituyen momentos trágicos que permiten al espectador identificarse con la madre. Los temas de la obra son la nostalgia de la patria (tema recurrente en el director de Maine), transformada por el conflicto bélico y finalmente abandonada; la inutilidad de la guerra,​ que ocasiona la destrucción de la familia y la transformación del país; y la optimista posibilidad de reconstruir una nueva vida aunque sea en un lugar remoto (tema muy grato a un inmigrante de segunda generación como Ford). En 1940 el director Archie Mayo adaptaría nuevamente esta historia de I.A.R. Wylie, en esa ocasión ambientada en la II Guerra Mundial.

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