El 11 de noviembre de 1918, a las 5:20 de la mañana, en un vagón de tren en el bosque de Compiègne (noreste de Francia) representantes del Imperio alemán se rinden ante los Aliados. El Armisticio de Compiègne entró en vigor a las 11:00 del día 11 del mes 11. Terminó así la Primera Guerra Mundial.
Y recordamos el Armisticio que puso fin a los combates de la Primera Guerra Mundial en 1918. La oportunidad de sumergirnos en este fragmento de la historia con películas que exploran la Gran Guerra.
Inmediatamente después de la guerra o incluso hoy en día, muchas películas se centran en la Primera Guerra Mundial. De Stanley Kubrick a Bertrand Tavernier, imágenes impactantes y desgarradoras: las trincheras, la barbarie, la vida de los infantes, los rostros destrozados, la batalla del Marne... Para recordar del 14 al 18, entre los horrores de la guerra, acusación por la paz y El deber de la memoria, hemos seleccionado diez películas actualmente disponibles en las plataformas.
1. Novela por entregas: Nos vemos allá arriba (Au revoir là-haut, 2017), de Albert Dupontel
La Primera Guerra Mundial ha terminado. Albert Maillard y Edouard Péricourt, compañeros de armas del ejército francés, han sobrevivido. Pero a un alto coste en el caso del segundo, con la boca completamente destrozada, y la capacidad de habla notablemente mermada. Para un artista ilustrador como él de gusto exquisito, es una tragedia. Distanciado además de su familia de clase alta, especialmente de su padre Marcel, intercambia su identidad con la de un caído para simular su muerte y se oculta en un desván, con la complicidad de Albert. Éste, contable, tiene dificultades para volver a trabajar en lo suyo, y tiene que conformarse con modestos oficios, como el de hombre-anuncio. Finalmente, los dos amigos, con la complicidad de una jovencita huérfana, arman una estafa en torno al diseño de supuestos monumentos patrióticos para honrar a los muertos por la patria. Y entretanto, el sádico oficial que les hizo la vida imposible en las trincheras, el teniente Henri d'Aulnay-Pradelle, va a cruzarse inesperadamente con ellos. Adaptación de la novela homónima de Pierre Lemaitre, ganadora del prestigioso Premio Goncourt en 2013. Posteriormente fue adaptada al cómic, lo que puede haber influido en la soberbia concepción visual de la película, desde las escenas bélicas del arranque, con un perfecto diseño de las trincheras, al París de los años 1920, los dibujos y máscaras del protagonista, la cuidada concepción de los planos... Dirige, firma el guión y coprotagoniza Albert Dupontel, quien ya dio muestras de habilidad tras la cámara en filmes como 9 meses... ¡de condena!.
2. Bienvenidos al infierno: 1917 (2019), de Sam Mendes
Primera Guerra Mundial, conocida en su momento como la Gran Guerra. En el frente occidental, el general británico Erinmore (Colin Firth) encomienda a los cabos Schofield (George MacKay) y Blake (Dean-Charles Chapman), dos jóvenes soldados británicos, una misión estrictamente imposible. Deberán entregar un mensaje urgente y decisivo al coronel MacKenzie (Benedict Cumberbatch). Para realizar esta misión deberán abandonar la trinchera a plena luz del día y avanzar por el campo francés ocupado por los alemanes. Sin respiro, en una carrera a contrarreloj, los dos soldados atravesarán angostas trincheras, alambradas y campo a través en un entorno de muerte y destrucción, rodeado de cadáveres de hombres y animales. Solo disponen de unas pocas horas para cumplir su cometido y evitar a toda costa un violento ataque. Si no llegan a tiempo, 1.600 soldados perderán la vida, entre ellos el hermano de uno de los dos jóvenes soldados. Filmada en un largo plano secuencia, la sorprendente odisea de dos soldados de la Gran Guerra, por el particularmente inspirado director de Skyfall. Y ésta es la caída en un caos largo y abrumador. En su octavo largometraje como realizador, Sam Mendes parece haber rodado la antítesis de su anterior incursión en la temática bélica. Si Jarhead, el infierno espera, de 2005, retrataba sobre todo a soldados descerebrados, que sólo pensaban en obscenidades y manifestaban poco apego a sus lazos familiares, aquí se recurre a dos protagonistas honrados, y afectuosos, que se convierten en auténticos héroes, pese a que hacer lo correcto a veces vaya en su contra. Como consecuencia, su mensaje en contra de las guerras resulta más sólido, unos jóvenes de buen corazón como sus personajes no merecen estar viviendo un auténtico infierno, pasando continuamente junto a cuerpos destrozados. Inspirado por el recuerdo de su abuelo, al que dedica el film, el propio Mendes ha escrito un guión sin fisuras junto a Krysty Wilson-Cairns –forjada en la serie Penny Dreadful, donde él ejercía como productor ejecutivo– que muestra que la Primera Guerra Mundial fue peor que la Segunda, mucho más recreada por el cine, porque aún se podían ver los ojos de los adversarios.
3. Súplica por la paz: Johnny cogió su fusil (Dalton Trumbo's Johnny Got His Gun, 1971), de Dalton Trumbo
Joe, excombatiente americano, es víctima de una tremenda explosión durante la I Guerra Mundial. El soldado sufre secuelas mucho peores que la propia muerte y se queda impedido para siempre sobre una cama. Sin extremidades, ojos, boca ni oídos. El paciente consigue mantenerse con vida gracias a la rememoración de sus recuerdos, pero le cuesta saber si está durmiendo o si vive en una realidad paralela semejante al infierno. Joe aprenderá a comunicarse con sus cuidadores con movimientos cortos de cabeza. Su mensaje es claro y conciso: no quiere vivir más. Su deseo, sin embargo, no es atendido y tendrá que hacer frente a un futuro peor si cabe. Su cuerpo servirá para la investigación científica. El director Dalton Trumbo lleva al cine su novela homónima publicada en papel, consiguiendo mostrar en pantalla su posición antibelicista y su defensa de la eutanasia. Destaca la realización del film; en color los recuerdos de Joe, y en blanco y negro su presente en el hospital. Dalton Trumbo escribió también el guión basándose en su propia novela de 1939. Violenta, desgarradora e impactante. Gran Premio Especial del Jurado en Cannes en 1972, una película que sigue siendo tan poderosa como siempre.
4. La cara oculta de la guerra: El pabellón de los oficiales (La Chambre des officiers, 2001), de François Dupeyron
Agosto de 1914, comienzo de la Primera Guerra Mundial. Adrian, un joven y apuesto teniente, se dispone a hacer un reconocimiento a caballo cuando le explota un proyectil en pleno rostro. Inmediatamente después, Adrian es trasladado al hospital militar de Val de Grâce, a un pabellón separado del resto de enfermos donde se recuperan los oficiales que han sufrido heridas como las del joven teniente. En ese lugar no existen los espejos, pues la realidad de sus rostros es demasiado dolorosa como para aceptarla. El herido pasará allí cinco años, durante los cuales trabará amistad con el resto de enfermos. Además les prepararán para enfrentarse a sus nuevas vidas... La película se concentra en la parte de la convalecencia del protagonista en un hospital militar narrada en la novela original, y enfatiza el horror a las heridas sufridas por los camaradas en el campo de batalla. Mientras que la novela continúa narrando las experiencias de los oficiales hasta Segunda Guerra Mundial y más allá, la película culmina justo después de la Gran Guerra. Esta adaptación del libro de Marc Dugain está basada en una historia real: la de uno de estos soldados que regresó de la Gran Guerra con el rostro destrozado para siempre. Y la reconquista de su humanidad.
5. Masacre absurda: Senderos de gloria (Paths of Glory, 1957), de Stanley Kubrick
Año 1916. Europa está inmersa en la Gran Guerra. Las tropas francesas se ven dirigidas hacia un ataque suicida cuando el mando general da la orden directa al coronel Dax (Kirk Douglas) de tomar, al coste que sea, "la colina de las hormigas" (Ant Hill). Después del fracaso estrepitoso que supone la incursión, los altos cargos intentar cubrir sus errores alegando fallos en las tropas, por lo que deciden detener a tres soldados y acusarlos de amotinamiento. Dax, que antes de iniciarse el conflicto trabajaba como abogado, decide presentarse como defensa particular, pero pronto descubrirá que se encuentra en un punto muerto. Salvo que pueda demostrar que los cargos que se han presentado contra los soldados son falsos, y que la verdadera culpa recae en las directrices hechas por los generales, no podrá impedir que los tres jóvenes mueran ante un pelotón de fusilamiento. Un castillo donde viven los generales; Trincheras embarradas donde languidecen los soldados... Una sinfonía macabra del cinismo de los oficiales. Una película incomprendida y prohibida tras su estreno en Francia y basada en la novela homónima de Humphrey Cobb, publicada en 1935.
(cont.)
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