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6. Alegato antibelicista: Sin novedad en el frente (All Quiet on the Western Front, 1930), de Lewis Milestone
Alemania, agosto de 1914. Acaba de declararse la guerra. Un estudiante y seis de sus amigos responden al llamamiento con el entusiasmo de la juventud. La desilusión será severa y la prueba del fuego atroz. Mítica película antibélica que plasma los sentimientos, sensaciones y desilusiones de un grupo de jóvenes estudiantes que son enviados al frente en la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Es una adaptación de la novela homónima del escritor alemán Erich María Remarque. La cinta, que fue el primero en ganar de forma conjunta los Premios Oscar en las categorías de Óscar a la mejor película y Oscar a la mejor dirección, fue también la primera película basada en una novela que ganaba el Oscar a la mejor película. El argumento de la película sería el principal motivo de polémica en otros lugares. Debido a su mensaje antibelicista y en contra de Alemania, Adolf Hitler y el Partido Nazi se opusieron a la película. Entre 1930 y 1941, esta fue una de las películas prohibidas en Victoria (Australia), por motivos de «pacifismo», por la Junta de Clasificación Creswell O’Reilly. Sin embargo y pese a que el libro fue prohibido a nivel nacional, se decía que gozaba de «una larga y exitosa trayectoria» en otros estados. La película se prohibió también en Italia y Austria en 1931, levantándose solo dicha prohibición durante la década de 1980, y en Francia en 1963. La secuela, The Road Back (1937), de James Whale, ofrece un retrato del regreso a casa tras la guerra de los miembros de la 2ª Compañía. En 2022 se estreno un remake, también basada en la novela de Erich Maria Remarque, Sin novedad en el frente (Im Westen nichts Neues), dirigida por Edward Berger.
7. Heridas en carne viva: Capitán Conan (Capitaine Conan, 1996), de Bertrand Tavernier
En noviembre de 1918 la Primera Guerra Mundial había llegado a su fin y el Capitán Conan y sus hombres esperan nuevas asignaciones en Bucarest. Conan se considera un guerrero, no un soldado, es un hombre que no siente miedo, se arriesga, hace frente a la muerte y derramar sangre. Ahora Conan está convencido de que su valor y sed de sangre fue una bendición para el ejército durante la guerra, pero ahora en tiempos de paz no. Conan y sus compatriotas, Norbert y De Scéve se han vuelto demasiado aclimatarse a la batalla que dejaron atrás y organizan incursiones en las montañas de los Balcanes. Cuando todo parece ir sobre ruedas, un hecho inesperado hace que la situación de Conan cambie. La película ofrece secuencias bélicas perfectamente coreografíadas. La dirección artística mereció un premio en el Festival de San Sebastián. Fotografía nerviosa y música son de gran belleza. Pero donde sobresale el film es en su historia, valioso material que ahonda en el espíritu humano, y que muestra con justeza el contexto donde se desenvuelve. Tavernier y su guionista, Jean Cosmos, hacen una magnífica adaptación con adecuado sentido del ritmo, que sabe huir de simplismos maniqueistas, donde la forma está al servicio del fondo. El horror seco de la guerra cotidiana con soldados perdidos haciendo el trabajo sucio, sin lirismo ni énfasis heroico. Este drama bélico se basa en la novela ganadora del Premio Goncourt de 1934, Capitaine Conan de Roger Vercel.
8. Clásico humanista: La gran ilusión (La grande illusion, 1937) de Jean Renoir
Durante la Primera Guerra Mundial, el capitán Boeldieu y el teniente Mariscal son encarcelados en el campo Hallbach. Conocen a sus nuevos "compañeros de habitación", presos como ellos: Rosenthal, un parisino burgués; Cartier, un actor, y dos otros oficiales. Juntos, deciden intentarlo todo para escaparse y se ponen a cavar un túnel subterráneo . Cuando casi han acabado su trabajosa labor, les comunican que serán trasladados a otro campo... En esta obra maestra pacifista, Jean Renoir recreó un microcosmos donde se mezclan todas las clases sociales. Evitando cualquier maniqueísmo, su película denuncia el absurdo de la guerra, expresando al mismo tiempo una dimensión patriótica. La película se detiene a retratar un interesantísimo cuadro de tipos humanos, donde queda claro que la nobleza es algo más que un bonito cuadro genealógico, y que las barreras aristocráticas empezaban a ser algo casi rancio. Su mensaje pacifista provocó las iras del mismísimo ministro de propaganda nazi, Joseph Goebbels; por el contrario, Franklin D. Roosevelt fue uno de su mayores fans. Llena de momentos memorables, vale la pena destacar el hermoso gesto de Erich von Stroheim cortando la flor junto a su ventana, en honor a su enemigo y colega. Fue nominada al Óscar a mejor película en la 11.ª entrega, convirtiéndola en la primera película de habla no inglesa en ser nominada en dicha categoría en la historia del Oscar.
9. Niños de la resistencia: La guerra de los Lulus (La guerre des Lulus, 2023), de Yann Samuell
En los albores de la Primera Guerra Mundial, en un pueblo de Francia, cuatro amigos inseparables, Lucas, Luigi, Lucien y Ludwig, forman la pandilla de los Lulus. Cuando el orfanato en el que residen es evacuado con urgencia, los Lulus se quedan aislados del resto de sus compañeros. Olvidados detrás de la línea del frente enemiga, se las tendrán que ingeniar para valerse por sí mismos en medio del conflicto. Pronto se unirá Lucía, una joven separada de sus padres, con la que emprenderán una aventura para llegar a Suiza, el «país nunca en guerra»… Los cinco amigos se verán envueltos en una aventura para la que nada ni nadie los había preparado. Yann Samuell, director de La guerra de los botones (aunque su versión tuvo menos éxito que la de Christophe Barratier) rueda un film familiar muy en la misma línea, basado en un cómic de Régis Hautière. Consigue darle frescura a la reconstrucción del inicio de la Primera Guerra Mundial, desde el punto de vista de los niños. Indicada para el público familiar, tiene secuencias de altura, como la que muestra a los protagonistas en las trincheras del frente. Los jóvenes protagonistas se ganan al público. Aparecen en papeles secundarios estrellas del cine galo, entre las que destaca Isabelle Carré en la piel de bruja del bosque.
10. Escalada estética: Largo domingo de noviazgo (Un long dimanche de fiançailles, 2004), de Jean-Pierre Jeunet
A punto de terminar la I Guerra Mundial (1914-1918), Mathilde recibe la noticia de que su prometido es uno de los cinco soldados que, tras haber sido sometidos a un consejo de guerra, han sido enviados a la tierra de nadie que hay entre el ejército francés y el alemán, lo cual supone una muerte casi segura. A pesar de todo, emprende un duro viaje para conocer el destino de su prometido y, aunque las noticias que va recibiendo son desalentadoras, sigue adelante. A medida que se acerca a la verdad sobre los desafortunados soldados y su brutal castigo, conocerá a fondo los horrores de la guerra y las marcas indelebles que deja en quienes la han vivido. Tres años después de Amélie (Le Fabuleux Destin d'Amélie Poulain, 2001), el director recrea con precisión el infierno de las trincheras. Pero sus imágenes seducen más de lo que conmueven. La historia, adaptación de la novela del francés Sébastien Japrisot, se centra en el amor hiperrromántico de Mathilde por Gilles. Entre el drama y la comedia, la historia no pierde nunca el aire del cuento romántico, en especial en las estampas idílicas en la casa de los tíos, aunque también destaca el naturalismo con que Jeunet rueda las secuencias de guerra, muerte y sexualidad.
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