La directora se pierde en una embarazosa fascinación por Bruno Sulak, apodado el “Arsene Lupin de las joyerías” en los años 1970. La debilidad del guión, las interpretaciones y los diálogos no salvan el día...
Ladrón extravagante, amigo leal, icono de la libertad, Bruno Sulak dejó su huella en la historia del crimen con sus atracos sin violencia a múltiples joyerías. A pesar de ser perseguido activamente por la policía, Sulak consiguió escapar en numerosas ocasiones de la cárcel para reunirse con su amante y cómplice.
Lea Luce Busato y Lucas Bravo en Libre (2024) |
La queja principal, que plaga toda la película, es una inquietante fascinación por su héroe, presentado como un apolo del atraco, que pasa la mayor parte del tiempo tirado en el sofá con su cómplice que planeando sus próximos movimientos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario