sábado, 25 de enero de 2025

¿No entiende nada de "Mulholland Drive" de David Lynch? Nosotros si, bueno casi, y se lo explicamos (I) 25/1

Cuando se estrenó en 2001, la película de David Lynch, dejó a sus espectadores entre la perplejidad y la fascinación por esta historia diabólica llena de misterios insolubles. Desenrollemos juntos el hilo para ver comprenderla más claramente. ¡Advertencia, spoilers!
Laura Elena Harring en Mulholland Drive (2001)
Como a mucha gente, le encantó Mulholland Drive cuando se estrenó en noviembre de 2001. Pero, como a mucha más gente, no está seguro de haberlo entendido todo. Intentemos descifrar la obra maestra de David Lynch. 
Naomi Watts y Laura Elena Harring en Mulholland Drive (2001)
Si intentamos resumir el desarrollo de Mulholland Drive  al pie de la letra, sería más o menos así: en la primera parte, una morena amenazada de muerte, amnésica tras un ataque fallido, conoce a una rubia y aspirante a actriz en Hollywood que se convierte en su compañera, mientras un director se ve obligado a contratar al protegido de sus productores mafiosos; en la segunda parte, la morena ya no tiene amnesia, se ha convertido en la actriz y amante del director pero ha abandonado a la rubia que, tras contratar a un asesino para matar al infiel, se suicida. Para complicar las cosas, de un juego a otro, los personajes principales cambian de identidad; multitud de objetos, siluetas y situaciones descubiertas al principio de la película sólo se explican (y de nuevo, no siempre) al final; Y sobre todo, en la escena del club Silencio, un dirigente de la crítica advierte que "todo es una ilusión". No hace falta mucho para que la mente cartesiana del espectador se encuentre al borde de un abismo de incertidumbre.
Justin Theroux en Mulholland Drive (2021)
¿Quién es este vagabundo cubierto de hollín de la pesadilla de un joven esquizofrénico? ¿Qué es esta sala vacía donde un hombre en silla de ruedas da órdenes por un micrófono? ¿Por qué este sicario particularmente torpe mata a su colega de pelo largo? Etc. Tantas meditaciones casi metafísicas que alimentaron las conversaciones de los lynchianos de todo tipo, con graves peleas a gritos como resultado. Intenta reconstruir este rompecabezas diabólico.
(cont.)

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